ahorro energético

Estás viendo casas y te encuentras con algunas que tienen una letra para indicar su calificación energética ¿De qué trata esto? ¿Qué significa que una casa disponga de una calificación de eficiencia “A” y otra “C” o “G”? ¿Cuál es su impacto en el ahorro de energía? 

La calificación energética es una herramienta que permite orientar a los propietarios de viviendas, compradores, inmobiliarias, constructoras y autoridades acerca de la eficiencia energética de un determinado inmueble.

Es una escala que ayuda a tomar decisiones más informadas al momento de adquirir una casa, ya sea nueva o ya habitada. Te permite también mejorar las condiciones de confort térmico y ahorro en los recibos de agua, calefacción o iluminación.

¿Es obligatoria la calificación energética?

La Calificación Energética de Viviendas es un mecanismo de aplicación voluntaria en la mayoría de los países. Sin embargo, en las construcciones nuevas y al vender un inmueble, cada vez más comunidades y urbes están exigiendo esta certificación a los propietarios y vendedores.

De hecho, puede incrementar o reducir el valor de un inmueble. Cada vez más personas buscan esta etiqueta para reducir los costos de mantenimiento, iluminación, enfriamiento, calefacción o agua caliente en la vivienda que quieran comprar.

Otros factores como el reciclado de aguas para regar el jardín y el combustible para cocinar también pueden ser considerados para reducir la huella ambiental.

Características de la calificación energética

Calificar el gasto energético de una vivienda es muy similar al que se aplica para categorizar refrigeradores, máquinas de lavar o automóviles.

En los países de la Unión Europea, esta calificación sirve de guía para ayudar a los propietarios de casas nuevas o ya existentes a efectuar mejoras en la edificación.

Para que se otorgue a un inmueble un informe de precalificación o de calificación energética, hay tres indicadores que los evaluadores de energía toman en cuenta:

 

  1. El porcentaje de ahorro de la casa con respecto a la energía que necesita para mantener el interior iluminado, caliente o frío, de acuerdo con las condiciones climáticas.
  2. Nivel de eficiencia energética. Incluye la asignación de una letra que va de la A+ a la G. La A+ es el nivel más elevado de ahorro de energía y la G es el estándar de mayor consumo y que sobrepasa al nivel mínimo.
  3. Requerimiento energético. Es una medida que indica la demanda energética por metro cuadrado de la casa. Esta medida se indica en kWh/m2.

¿Debo pedir una certificación energética?

Para solicitar un certificado de eficiencia energética y lograr la calificación, los propietarios o constructores deben acudir a los servicios de un técnico certificador o empresa habilitada por las autoridades del gobierno local o nacional.

El certificado incluye un documento con las recomendaciones para mejorar la eficiencia energética.

Normalmente, para optimizar estos parámetros es aconsejable:

  • Mejorar el aislamiento térmico interior y exterior.
  • Optimizar la envoltura térmica de la vivienda. Esto puede implicar un ahorro de energía de hasta el 50%.
  • Una climatización o iluminación más eficiente, con ventanales mejor ubicados y con apropiado aislamiento.
  • Usar tecnologías limpias como paneles solares, aerotermia o biomasa también son de ayuda.

Ventajas energéticas de las casas prefabricadas

Las casas prefabricadas y las viviendas modulares son un buen ejemplo de ecoeficiencia aplicada a los hogares.

La mayoría de ellas ya vienen prácticamente con la calificación energética de fábrica. Es decir, los materiales de fabricación y acabados interiores y exteriores ya han sido testados y tienen su etiqueta de nivel de eficiencia.

Esto ayuda a orientar al comprador o usuario para optar por una solución de vivienda que le dé un mayor confort térmico.

También, para considerar la adquisición de equipos más eficientes, que dispongan de energías renovables no convencionales o eleven las posibilidades de ahorro en servicios.

En definitiva, mejorar la calificación energética de una vivienda ayuda a ahorrar en gastos anuales y a reducir nuestro impacto en el ambiente.